Inicio el 2011 publicando en esta bitácora una de las imágenes con las que concluí mi estancia en la Academia de San Carlos de la UNAM. Ahora estoy en la etapa de pretitulación, concluyendo la investigación teórica a la que sólo falta agregarle un análisis iconógrafico sobre las imágenes del artista visual madrileno, Juan Baustista Morán, y que estará basado en los postulados del historiador alemán Aby Warbug.
Este año es fundamental para mi. La tesis que estoy por concluir cerrará mi etapa en San Carlos y me permitirá abrir otra faceta en la investigación teórica sobre la imagen fotográfica.
Asimismo, estamos proyectando nuevas exposiciones con gran parte de las personas que nos han acompañado en el tema de la fotopoesía y con algunos nuevos amigos que se han incorporado a este escenario visual.
Existen otros proyectos de vida que iré comentando en cuanto se cumplan.
Por hoy, despue´s de meses de no publicar en la bitácora, quiero decir que los últimos meses del año pasado fueron duros, demandantes. A la grave enfermedad que padeció mi padre, misma que lo llevó al quirófano de la clínica 48, se agregaron ciertas discrepancias en el trabajo, la decepción y el desengaño de ciertas amistades cuyo nombre ni vale la pena mencionar. Los líos con el hermano de mi madre, un invidente, tosudo, necio y estúpido sin par, fragmentaron la frágil relación con algunos miembros de mi familia.
También hubo recompensas, tras meses de enclaustramiento me tocó presenciar el examen de grado de mi amada Mónica. En el tiempo en que llevamos juntos, he visto el crecimiento intelectual de esta mujer a la que admiro por su tenacidad y talento.
Tras esos acontecimientos, y cansado del ambiente laboral y de las festividades navideñas en la ciudad de México, decidimos huir para el sureste del país.
Ese viaje, que me permitió convivir con gente que amo y extraño, fue una invitación no sólo para evadirse sino para pensar en otra forma de vida, en otro proyecto, del cual les hablaré en su debido momento, mientras tanto, les dejo esta imagen.
Les deseo un gran 2011 a todos, de parte de mi amada Mónica y de este sujeto impresentable.
Arturo Ávila Cano
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