11 mayo, 2009

En los ojos del mundo


La influenza nos puso de pronto en los ojos del mundo.
Mientras los habitantes de la ciudad de México trataban de sobrellevar la paranoia, la sicosis social y las infaltables y absurdas teorías del complot, con humor, con arte, o con resignación, parte del mundo, y de nuestro propio país comenzó a vernos con horror, con desprecio. Naturaleza humana. Aunque muchos lo nieguen o lo duden, en este país también somos racistas.
En uno de esos días de influenza, sin trabajo de por medio, sin clases de maestría, salí a la calles de la ciudad de México, con mi bicicleta para Montaña y mi cámara a la espalda, para captar algunas escenas de lo que estaba pasando en mi bella y caótica ciudad.
En 16 de septiembre, entre Bolivar y Gante, encontré a mi amigo, El vampire, músico callejero que mata la rutina de los citadinos con su sax. Rompiendo todos los protocolos de seguridad lo saludé de mano, platiqué un rato con él y le tomé otra sesión de fotos mientras el continuaba trabajando.
Días después paseando por la blogósfera, hallé el hermoso sitio de una jóven y bella fotógrafa cuyo nombre es Zavet Monroy. En su espacio encontré imágenes muy interesantes. Entre ellas, tomé una imagen para hacer esta composición, este juego de yuxtaposición de fotos.
Este trabajo intenta honrar la amistad de este gran fotógrafo hispano llamado Juan Baustista Morán, de quien tomo la inspiración. Va también para mi amigo Jacob Bañuelos quien acaba de publicar un interesante libro sobre Fotomontaje.
La vida me ha llevado a relacionarme con gente creativa e inteligente, tal como los antes mencionados, mi tutora Laura González (que conoce tanto a Juan como a Jacob), y mi buen amigo, y mejor reportero, Juan Manuel Vázquez Soriano.
Agradezco también a Zavet por esa foto que tomé prestada de su sitio.