30 agosto, 2018

¡Gracias fotografía!


 

Cuando abrí esta bitácora (2004) me dedicaba a la práctica de la fotografía, concretamente al fotoperiodismo y a la práctica documental, casi siempre de manera independiente. Algunas veces algún amigo me invitaba a colaborar para algún medio y eso lo combinaba con mi práctica como maestro en el Instituto de Estudios Superiores del Colegio Holandés (2001-2012)  y para el Centro Cultural Universitario Justo Sierra (2004-2012). En algunas ocasiones trabajé también para el Instituto Íconos, pero siempre de manera temporal. En aquellos años trabajaba con una cámara Nikon FM2, obsequio de mis padres, que aún conservo con mucho cariño, y posteriormente, me hice de mi primera cámara digital.

En aquel entonces deseaba ingresar a algún medio para trabajar en la cobertura gráfica. Tuve un paso breve por la agencia Eikon de Eloy Valtierra y ello me hizo reflexionar. La vida me condujo por otras rutas y yo me dejé llevar, siempre vinculándome con la fotografía, siempre.

Mis clases sobre fotografía consistían en prácticas de laboratorio tradicional y posteriormente la revolución digital nos obligó a combinar el laboratorio con las computadoras de escritorio y la edición de imágenes con el software ya conocido de Adobe. Nunca me limité a la cuestión práctica. Siempre estuve interesado en hablar de la historia de la fotografía, particularmente la de México, a través del estudio de la obra de ciertos autores. Desde entonces, la revista Alquimia y algunos libros esenciales como Fuga mexicana, me permitieron adquirir cierto conocimiento sobre esos temas. Y si de casualidad me topaba con alguna obra desconocida para mi, la adquiría, así fui formando una modesta biblioteca.

Años más tarde, 2008, un buen divorcio le dio un cambio radical a mi vida... y para bien. Tras una etapa de desasosiego entré a la maestría en Artes Visuales de la entonces Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, donde desarrollé el tema del fotomontaje, gracias a que en aquellos momentos estaba participando con un colectivo multinacional. Logramos montar exposiciones en México y después de un tiempo todo terminó por las rencillas de siempre.

 En 2012 ingresé al doctorado en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la misma institución.  La etapa en el posgrado me permitió hacer buenos y grandes amigos, como Laura González Flores, Rebeca Monroy, Alberto del Castillo, John Mraz, el querido José Antonio Rodríguez, así como mi querido hermanito Alberto Tovalín Ahumada, Brenda Ledesma y Marco Antonio Cruz. Mi vida se transformó por completo, pues además me agregué a una nueva familia, la de mi querido JAR.

Tras culminar el doctorado, me involucré en la investigación y en la confección de hermosos libros, como 100 años de fotografía en El Universal (2016), Fotografía Artística Guerra (2017) y Librado García Smarth (2019). Además, a mediados de 2019 recibí una gran noticia: mi trabajo se había hecho acreedor al Premio Nacional de Ensayo sobre Fotografía, y gracias a ello logré publicar mi primer libro en solitario: Poéticas sobre la ceguera en la fotografía mexicana.  A la par de ese trabajo editorial, José Antonio me invitaba constantemente para colaborar en la revista Alquimia, del Sistema Nacional de Fototecas, donde logré publicar algunos textos. Más tarde colaboré en las tareas editoriales y el año pasado, en abril, aún de duelo por la muerte de mi querido hermano y tutor, recibí la llamada del director del SINAFO para hacerme cargo de las tareas editoriales de Alquimia, de la que publico la portada del primer número que me tocó editar. Me hubiera gustado que la viera mi padre, pero se adelantó en el viaje, como lo hicieron José Antonio, Marco Antonio Cruz y José Hernández-Claire.

La fotografía siempre ha estado presente en mi vida, y así deseo que continúe. Hay proyectos, hay sueños, hay camino... A caminar

Gracias, Niepce, gracias Kodak, gracias a los grandes fotógrafos, historiadores y teóricos que me han permitido seguir enamorado de este artefacto que evoca la memoria personal y colectiva. Gracias fotografía...


Arturo Ávila Cano

06 noviembre, 2015


De regreso a mi amada bitácora con una fotografía captada en mi antiguo departamento de la calle de República de Perú, en el Centro Histórico de la ciudad de México y otra imagen tomada en el laberinto del Parque Bicentenario de Azcapotzalco. 

Ahora estoy probando los álbumes web de picasa y una tablet para publicar nuevas entradas. 






19 octubre, 2014

Colodión Húmedo en Oaxaca, con Marcel Rius y Arturo Talavera

A mi estimado dealer y amigo Marcel Rius y al tocayo Arturo Talavera les debía estas imágenes captadas a principios de años en la bella Oaxaca. Gracias a ambos por permitirme apreciar el proceso del colodión húmedo.


   










01 octubre, 2012

Roller Derby TeKillerass versus Diabólicas

















Roller Derby en Azcapotzalco


Las Lobas de Guadalajara y Las Catrinas del Distrito Federal son dos equipos de la naciente liga femenil de Roller Derby, deporte que tuvo un gran arraigo entre los televidentes mexicanos de la década de los ochenta, que aún recuerdan las hazañas de la "huesitos Miller".  Hoy, gracias al interés de un grupo de aficionados a este deporte, que se puede calificar de extremo, es posible apreciar grandes duelos entre escuadras de diversos estados de la República. 

Los amantes del Roller Derby están interesados en crear una liga nacional. Con tal motivo, este sábado 29, Lobas y Catrinas escenificaron un partido de grandes volteretas, que finalmente favoreció a las oriundas de la ciudad de México. El partido se desarrolló en un deportivo de la delegación Azcapotzalco.
























27 junio, 2012

Hablamos de otra época


Como lector, siempre he preferido comprar el diario en los establecimientos de la calle, en los llamados "estanquillos". Uno va forjando amistad con el encargado y este pronto va conociendo tus hábitos de lectura, tus gustos editoriales. A los clientes asiduos se les aparta el diario predilecto y se les recomiendan novedades. Así, se va forjando una amistad para comentar por la mañana los acontecimientos del día anterior y las repercusiones de esos sucesos en los días posteriores. Después de tu mujer, este personaje es la otra persona que te desea un buen día y que te brinda ánimos. Hace dos años y medio, cuando me trasladé a coyoacán para vivir en un lugar tranquilo en donde pudiera terminar de redactar mi tesis de maestría, hice amistad con el señor Rubén, cuyo establecimiento se encuentra aún en el cruce de Avenida del Convento y Héroes del 47. Hará algunos meses que hospitalizaron al señor Rubén porque un conductor ebrio le atropelló de madrugada en la avenida Miguel Ángel de Quevedo. Su puesto permaneció cerrado por varios meses. Regresó para poner orden y adiestrar a sus nietos en el oficio. Finalmente el estanquillo fue cerrado, pero aún permanece alli, impávido. Hoy, un pequeño jarrón con rosas, y un letrero redactado en un pedazo de cartón, anuncian el deceso de mi amigo. Hasta luego señor Rubén.