27 julio, 2008

Visitando a Vik Muniz en San Ildefonso


Elizabeth Taylor, retrato elaborado con diamantes. Obra de Vik Muniz expuesta en San Ildefonso.


Autorretrato con recorte de revistas. Autor Vik Muniz.

Hola a todos

Comienzo este pequeño relato como lo haría mi admirada cronista de Tiempo Libre...sólo que a mi manera y en mis circunstancias... e invitándolos a conocer la obra de Vik Muniz que actualmente se expone en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Si les gusta el arte, seguramente esto los sorprenderá...

Divorciado y sin dos hijos, este pasado domingo decidí reanudar algunas actividades que llevaba a cabo con mi querida ex mujer: La visita dominical a ciertos museos. Alivio de Luto, al fin.

Hace algunos meses mi amiga Rosa María López Montaño, jefa de prensa del Museo de San Ildefonso, me invitó a escuchar la charla que el artista brasileño Vik Muniz impartiría en el antiguo colegio. Acudí y quedé sorprendido por el buen humor, la gran versatilidad y la inaudita creatividad de este singular personaje, a quien desconocía hasta entonces. Salí satisfecho de la plática y me comprometí a visitar la exposición De lo ordinario a lo extraordinario.

Pasaron largos meses antes de que me animara a regresar a ese sitio. Por fin, sin compromisos académicos y un tanto fastidiado de las cuatro paredes de mi habitación, emprendí el camino hacia el centro histórico de la ciudad de México.

No permití que las nostalgias me acosaran. Iba con el ánimo dispuesto, con ganas de dejarme sorprender.

Si la plática que impartió Muniz hace algunos meses fue suficiente para profesarle admiración, ahora que tuve tiempo de apreciar sus obras, me quedé perplejo ante sus propuestas, ante tanta creatividad. Desde hoy, para mi, Vik Muniz ha pasado a formar parte de esos hitos contemporáneos en el mundo del arte.

Pensar en que Muniz es un tipo que se sobrepuso a las condiciones de pobreza y analfabetismo que padecía en su natal Brasil, para convertirse en un gran referente del arte contemporáneo, es algo que me lleva a rendirle más admiración.

Muniz utiliza distintos materiales para crear sus obras, las cuales inmortaliza a través de la fotografía; algunas de sus creaciones son inevitablemente temporales, como aquellas realizadas con jarabe de chocolate o crema de cacahuate. Por tal motivo, Muniz trata de inmortalizarlas mediante el uso de la cámara.

Azúcar, caviar, cenizas, diamantes, hilos, basura, pigmentos, recortes de revistas son los materiales con los cuales Muniz concibe sus creaciones.
La curaduría que se llevó a cabo en San Ildefonso merece mis respetos, aunque algunas de las hojas de sala presentan algunos pequeños errores ortográficos: falta de acentos. Maldito vicio que queda tras revisar los trabajos periodísticos de mis alumnos. En fin.


Paisaje elaborado con decenas de metros de hilo.

En la primer sala pude apreciar los grandes autorretratos de Vik realizados con recortes de revistas. Tras esa magna bienvenida, admiré las propuestas hechas con alambre, plastilina y cenizas de cigarro.

En la misma sala se encuentran las obras creadas con azúcar. Aqui me detuve un poco más de tiempo para leer la explicación del artista: esos retratos elaborados con azúcar son de infantes que Muniz conoció en el Caribe. El dulce material le recordaba la inocencia y la felicidad de esos niños, que ya adultos perderán irremediablemente, como lo han sufrido los padres de esos infantes.


Retrato de niño elaborado con azúcar.

Otros niños cuya vida inspiró la obra de Muniz son aquellos hijos de la calle que viven en los barrios de Sao Paulo, la megalópolis brasileña, por donde deambulan cientos de niños sin hogar. Vik se acercó a ellos para conocerlos y proponerles formar parte de su obra. Los documentó en su entorno: usó la basura que queda en las calles después de las fiestas de carnaval. Con ésta, creó los retratos de esos infelices.


Retrato de niño elaborado con restos de basura.

Tras lo anterior, llegamos a las estupendas obras creadas con hilo, otras con arcilla, mermelada y crema de cacahuate (recreaciones de la Gioconda, de Da Vinci), jarabe de chocolate y polvo. En esta sala conocí a una amable pareja de Colombia con la cual recorrí el resto de la exposición. Ella, hija de un poeta, él artista plástico. Me sedujo el suave acento de la señora y la amable plática que sosteníamos. Mujer de mundo, estaba fascinada con la obra de Muniz.




Al ver mi cámara, la mujer se acercó para entablar una amena plática. Minutos después se acercó un pequeño para preguntarme sobre cierta obra de Vik, a la cual no le hallaba forma. Le sugerimos que se alejara un poco para poder reconocer las figuras. Caminé un poco más con el niño, el cual me sorprendió por su amabilidad e inquietud sobre la obra de Muniz.

La señora de Colombia pensó que dicho infante era mi hijo. Por un momento deseé que así lo hubiera sido. Creo que ya es tarde para mi. Cómo me gustaría tener a alguien con quien compartir esas salidas. Mi querido sobrino Mauro, con el que suelo hacer esas visitas, está en Mérida, ya tiene más de 20 días por allá, así que sin alternativa tengo que acudir solo a esos sitios.

Un hijo... creo que nunca había deseado tener un hijo como en ese momento peculiar donde un pequeño se acercó para charlar conmigo sobre arte.

Finalmente el chaval se fue al taller de creatividad para jugar al artista, a ser Vik Muniz. La pareja de Colombia y yo proseguimos con la visita.




Jugando al artista. Patio del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Año 2008.


En las siguientes salas nos sorprendieron las obras creadas con diamantes, caviar y juguetes de plástico; esta última serie se intitula Monadas. Aqui destacan los retratos de Liz Taylor -realizado con diamantes-, los de Frankestein y Drácula -realizados con caviar, como material perecedero que se hecha a peder, como los mismos mounstruos-, y el de la pequeña Alicia Liddell, cuyo original es una fotografía captada por Lewis Carroll, autor de Alicia en el país de las maravillas.





Una frase escrita en la hoja de sala de la serie Monadas me acercó aún más a la obra de este creador tan versátil; en ella, Vik afirmaba que comprendía su madurez como artista entre más comunicación despertaran sus obras entre los niños. Qué más decir...

En la última sala se exponen las fotografías que registran las obras monumentales hechas por Muniz. Dichas creaciones fueron elaboradas con basura, en amplios campos donde la amplitud del terreno le permitía desarrollar sus propuestas.


Representación de Narciso ante un espejo de agua. Obra monumental de Vik Muniz.

Yo me seguía preguntando: cómo es posible tanta creatividad, cómo se despertó en él esa inquietud por utilizar esos materiales tan cotidianos para crear todas estas magníficas obras. Sí, sé que otros artistas lo han hecho, pero no con esta magnitud. Erróneamente pensaba que Muniz era sólo un fotógrafo. Era una estúpida percepción, es algo más, es un artista, un gran ARTISTA.

Al concluir mi visita al Antiguo Colegio de San Ildefonso, tomé dirección rumbo al Centro Cultural de España en México, un recinto extraordinario donde conocí las propuestas documentales de fotógrafos de Argentina, Brasil, España y México, entre otros países más de Iberoamérica que comparten, por decirlo así, la problemática de la emigración, donde su gente busca tener una mejor vida.

Finalmente, quedé con mi padre para comer juntos, algo que no solemos hacer con frecuencia. Nuestro carácter no nos ayuda para llevarnos bien, pero los pocos y breves momentos que compartimos son para apreciarse. Fue un buen domingo; lo disfruté como hace tiempo no lo hacía.

A todos ustedes que irremediablemente se quedaron en la ciudad de México a pasar estos días de vacaciones, les recomiendo visitar ambos sitios. No se defraudarán. Sorprendan a su novia o a sus amigos. No se queden en casa, por Dios!!!!!