¿Qué designio, qué palabra?...

Ayer fueron coronas de espina, hoy son poemas los que desangran, los que estremecen, los que me dan una tremenda bofetada que despabila, que agita, que sacude... Una tremenda bofetada, de esas a las que sigue un beso de los que roban el aliento y acto seguido el alma.

Y llegaron en el momento justo las palabras, querido hermano. Gracias! Cómo quisiera estar en Madrid para ofrendarte un cálido abrazo Juan, para expresarte con mis palabras y mi llanto esta generosidad de la cual no me siento digno...

Gracias señor Poeta




El misterio del poema, serie de mi hermano Juan Baustista Morán


A mi edad ya son pocas ocasiones en las que los ojos se llenan de llanto. Tal vez soy de esos cínicos que sólo lloran en los cines, como diría Sabina... Hoy, sin nada que ocultar, digo y afirmo que lloré como una magdalena. ¿Qué designio me hizo grato a los poemas y las obras de mi hermano?

Estos dos días han sido memorables. Han sucedido cosas que jamás olvidaré.
Ayer abracé a una hermosa mujer, en un belllo atardecer por carretera: iba dormida, recostada sobre mi pecho, y yo olía sus cabellos, sentía su respirar, su corazón palpitante, y soñaba...

Y hoy, agradecido todavía por lo de ayer, recibo unos poemas visuales de mi hermano Juan Bautista Morán, que me sacuden el alma, que me llenan de lágrimas, de gratitud, de esperanza...

Y como hace tiempo no sucedía...

Estos dos días me han dejado desarmado. Tras una larga y terrible temporada de desencuentros conmigo mismo, de sacarme a bailar solo sin mucho entusiasmo, como diría Neruda en Sobre mi mala educación:

Cuál es cuál, cuál es el cómo?
Quién sabe cómo conducirse?

Qué naturales son los peces!
Nunca parecen inoportunos.
Están en el mar invitados
y se visten correctamente
sin una escama de menos,
condecorados por el agua.

...Así para salir de dudas
me decidí a una vida honrada
de la más activa pereza,
purifiqué mis intenciones,
salí a comer conmigo solo
y así me fui quedando mudo.
A veces me saque a bailar,
pero sin gran entusiasmo,
y me acuesto solo, sin ganas,
por no equivocarme de cuarto.

Adiós porque vengo llegando.
Buenos días, me voy de prisa.

Cuando quieran verme ya saben:
búsquenme donde no estoy
y si les sobra tiempo y boca
pueden hablar con mi retrato.

(Sobre mi mala educación. Pablo Neruda)

Me llené de espanto, los días se alargaron, y las noches me ofrecieron caminos donde las luces de neón me cegaron, donde las canciones abatieron aún más mi alma; vagué solo, por antiguos territorios y por nuevos callejones. Y me cansé.

Hoy, gracias a muchas y queridas personas que no deseo nombrar por no omitir a nadie, ya no me siento solo...


El poema es un jardín botánico lleno de rastros, aromas y maravillas, en mitad de ese vacío, de esa negación donde se roza por un instante una secreta plenitud y una profunda fuerza que nos habita. El último reducto de nuestra inalienable vitalidad, guardada en líneas quebradas.

Sólo publiqué dos imágenes de la serie de Juan. Les invito a conocer toda la obra en la bitácora cantodeespumas.
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Y si quieren ver algunas imágenes de nuestro viaje a Real del Monte, sólo revisen la entrada anterior a esta. Gracias.